¿Cómo puede ayudar la Fisioterapia en la Artritis Reumatoide?

Para muchos el día 12 de octubre se asocia con un puente, el del Pilar, unos días de descanso en los que poder respirar hondo y recargar las pilas que tan pronto se han gastado tras la vuelta al trabajo. Sin embargo, para un pequeño porcentaje de la población española (en concreto un 0,5%) esta fecha conmemora el Día Internacional de una enfermedad rara, de carácter inflamatorio y que evoluciona a brotes: la ARTRITIS REUMATOIDE.

Para que esta patología no solo te suene de oídas te diré que es una enfermedad reumática inmunomediada. Es decir, que el sistema inmune, lejos de actuar como un defensor del organismo, se convierte en su principal agresor.

Su acción provoca una inflamación de los tejidos que recubren las articulaciones y las estructuras periarticulares, aunque también puede afectar a órganos y sistemas, convirtiéndose en una enfermedad sistémica.

A pesar de que la intensidad de la artritis reumatoide puede variar, el dolor, la rigidez o la inflamación articular que genera pueden ser incapacitantes alterando en mayor o menor medida la vida de la persona afectada por ella.

Suele comenzar en la edad adulta predominando más en mujeres que en hombres. Las articulaciones más afectadas son los pies, tobillos, muñecas y dedos de la mano. Se desconoce la causa de su aparición, pero existen una serie de factores que provocan esta enfermedad, como la genética de uno mismo, el sistema hormonal, el ambiente del que te rodees o el tabaquismo.

No existe un método eficaz para diagnosticar la artritis reumatoide, por lo que se utiliza un conjunto de pruebas como la historia clínica, la exploración física o un estudio sanguíneo (para ver el factor reumatoide y la proteína C reactiva).

Criterios diagnósticos de la Artritis Reumatoide

Para diagnosticarlo tienes que tener al menos 4 de estos 7 criterios:

  • Rigidez matutina de más de una hora.
  • Inflamación de 3 o más articulaciones.
  • Afectación de las articulaciones de la mano.
  • Artritis simétrica.
  • Nódulos reumatoides.
  • Factor reumatoide positivo.
  • Alteraciones en pruebas diagnósticas que incluyan: osteoporosis alrededor de las articulaciones afectadas o erosiones.

Binomio Fisioterapia-Artritis

Ante un/a paciente artrítico/a el papel de la fisioterapia se va a centrar en el control de los síntomas (“en mantenerlos a raya”).

Objetivos de la fisioterapia en la Artritis Reumatoide:

  • Disminuir el dolor
  • Reducir la hinchazón
  • Ralentizar el daño en la articulación

El principal objetivo del fisioterapeuta no es otro que motivar a las personas a mantenerse activas el mayor tiempo posible y aumentar su bienestar.

Para ello no nos cansamos de repetir (sí, lo sabemos; somos un@s plastas y nos repetimos más que el ajo, pero guardamos la esperanza de que el mensaje cale) que el descanso y la actividad física son fundamentales.

Son imprescindibles para mantener el tono y la fuerza muscular, para tener un buen estado físico con el que ser capaces de hacer frente a las posibles patologías que se nos presenten. Ahora bien, hay que usar el sentido común, quizás en pleno brote de artritis no es el mejor momento para practicar ejercicio físico intenso, aunque siempre es buen momento para mantener la movilidad.

¿Qué podemos hacer por ti?

  1. Electroterapia: con el TENS aplicamos una corriente eléctrica sobre la piel con el objetivo de disminuir el dolor a corto plazo.
  2. Indiba: hipertermia profunda que activa la circulación sanguínea, favoreciendo el metabolismo celular.
  3. Ejercicio terapéutico dirigido: se ha demostrado que la actividad física favorece la secreción de las denominadas hormonas de la felicidad: la dopamina, la serotonina y la endorfina, responsables de la sensación placentera que se siente después de haber realizado ejercicio.
  4. Aplicación de frío/calor: estos agentes físicos pueden, bien usados, pueden controlar la inflamación y la sensación de dolor.
  5. Uso de férulas para ayudar a mantener posturas y prevenir deformidades.
  6. Masoterapia y terapia manual: el masaje mejora el estrés y el insomnio, alivia las contracturas musculares y es capaz de estimular el sistema circulatorio.
  7. Cinesiterapia: que son el conjunto de técnicas manuales activas o pasivas que trabajan en el todo el rango articular de las extremidades.
  8. Estiramientos: para evitar contracturas y favorecer la laxitud muscular. 
  9. Hidroterapia: el agua puede ser una gran aliada, la flotación ayuda a proteger las articulaciones y facilita los movimientos.
  10. Ejercicio aeróbico: Puede ser caminar o montar en bici, ayuda a bienestar general y a mantener una salud física buena.

Son muchas las herramientas que la fisioterapia puede ofrecerte si padeces Artritis Reumatoide. Si la sufres o conoces a alguien que la padezca, no olvides que es de vital importancia acudir a profesionales de la salud.

Y si quieres compartir algo ¡te leo en comentarios!

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