Desde mi experiencia, la mayoría de las veces nos dan tirones porque estamos deshidratados/as. Cuando sentimos sed nuestro cuerpo ya tiene un déficit considerable de agua. Cuando esto sucede, el agua disponible se moviliza hacia los órganos vitales para mantener su correcto funcionamiento.
Los músculos quedan fuera de esta priorización y por tanto tienden a ser de las primeras estructuras en el organismo que se deshidratan. Esto se traduce en los temidos espasmos involuntarios de las fibras musculares, vamos, lo que conocemos como calambres o tirones.
Es cierto que la falta de agua no es el único factor que puede influir en la aparición de tirones musculares. Estos son relativamente frecuentes en el periodo de crecimiento ya que es fácil que los huesos crezcan a mayor velocidad que las estructuras tendinosas y/o musculares. Esto genera desequilibrios en el organismo que fácilmente pueden provocar la aparición de tirones, sobre todo nocturnos.
Se habla también mucho de los posibles déficits en los niveles de sales minerales o de por ejemplo el potasio. ¿A quién no le han recomendado alguna vez un plátano para no tener tirones?
Aunque es cierto que esto puede ser la causa, también es cierto que la probabilidad de que sea así es limitada. De todas maneras, si se sospecha un desequilibrio de este tipo, posiblemente, lo mejor que se puede hacer es valorar los niveles de estos niveles mediante una analítica de sangre.
¿Qué debemos hacer cuando nos da un tirón?
1. Parar: es fácil que cuando sintamos un tirón estamos realizando algún tipo de actividad física. En este caso, lo importante sería parar esa actividad física.
2. Estirar: cuando sufrimos un espasmo involuntario del músculo lo que tenemos que hacer es estirar ese músculo hasta que el espasmo cese. Si pensamos en el que yo creo que es el tirón más común, el de gemelos, deberemos estirar la rodilla y llevar los dedos de los pies hacia nosotras. Ahí tenemos que mantener la posición unos segundos hasta que sintamos que el dolor provocado por el espasmo disminuye.
Aquí voy a hacer un inciso para darte una recomendación personal sin ningún tipo de respaldo por parte de la comunidad científica (aunque sí por la comunidad de esta clínica). Si te da un tirón en el gemelo por la noche mientras estás en la cama, levántate y estira mientras pones el peso sobre ese pie.
3. Masajear y apretar: estas dos acciones pueden ayudarte a aliviar el tirón y el dolor que provoca.
4. Movilizar: moviliza con suavidad la zona afectada, pero sin llegar a la posición en la que estaban las articulaciones cuando el músculo tenía el espasmo.
Una vez recuperada, mi recomendación es que dejes descansar a ese músculo. Modifica tu actividad o céntrate en otro grupo muscular.
Si en ese momento no puedes parar la actividad completamente, te recomiendo hacerlo desde una ligera posición de estiramiento del músculo afectado y sin llegar a la posición de acortamiento total del mismo.
Un ejemplo: estás en mitad de la montaña con tu bicicleta y te da un tirón en el gemelo. Baja de la bicicleta, estira, masajea y moviliza. Sube de nuevo pero esta vez intenta pedalear haciendo ligeramente más fuerza con la zona posterior del pie (talón) que con los dedos. De esta manera evitaremos que el músculo llegue a una posición de acortamiento y por tanto disminuiremos la probabilidad de sufrir un nuevo tirón.
¿Qué debemos hacer para no sentir tirones?
Mis recomendaciones son las siguientes:
1. Aumenta la ingesta de agua diaria. El mínimo diario ronda 1½ – 2 litros
2. Bebé aún más agua los días en los que los niveles de actividad física aumentan.
3. Si te has visto en una situación en la que has perdido más agua de lo normal, asegúrate de reponer los niveles de agua.
4. Si después de hacer todo lo anterior sigues sufriendo tirones considera hacerte una analítica de sangre para valorar si hay algún parámetro que esté desequilibrado y que debas mejorar.
Si tienes cualquier duda o pregunta, nos encantaría saber de ti. Escríbenos y estaremos encantadas de contestarte.