Quizás no te hayas dado cuenta, pero tus costillas más bajas tienen una capacidad asombrosa de abrirse.
Te propongo un ejercicio:
Abraza con tus manos la parte baja de las costillas, ahora imagina que eres un pez y te han salido “branquias”. Cuando cojas aire, nota como la parte baja de tus costillas se expande, y cuando lo sueltas nota como se cierran.
Ahora te propongo una variante:
Coge aire, siente como tus costillas se abren lateralmente y ahora, empieza a soltar aire intentando que las costillas no se cierren. ¿Lo consigues? ¿Dónde notas la actividad?
Si has hecho ejercicio bien (y sino, mira próximamente en instagram para verlo en vídeo) notarás que lo que se activa y además muy profundamente es tu abdomen. Concretamente tu músculo transverso abdominal.
Cuando hacemos ejercicios de suelo pélvico asociados a la respiración, normalmente pedimos que la contracción de suelo pélvico se asocie una exhalación, con el objetivo de que se produzca también la contracción del transverso abdominal y con ello potenciemos todo el complejo “abdomino-perineal”.
Pero ¿qué pasa en el suelo pélvico si forzamos demasiado la exhalación?
A veces, con todo nuestro empeño por hacer bien los ejercicios, queremos soltar tanto aire que “echamos mano” del oblicuo interno y observamos como las costillas se cierran y descienden.
Cuando esto ocurre, el efecto que conseguimos durante el ejercicio es totalmente el contrario del que nos gustaría… ¡el suelo pélvico recibe demasiada presión!
¿Cuál es la mejor manera de realizar la exhalación?
Lo más importante a tener en cuenta es que las costillas no se cierren, para eso conecta tu coronilla con el cielo y recuerda “querer seguir manteniendo las costillas abiertas” mientras sueltas aire.
Una vez que notes que tus costillas van a cerrarse, es el momento de dejar de soltar aire, a partir de ahí, puede haber un aumento de presión intraabdominal que no sea lo más adecuado para tu suelo pélvico.
La mejor manera de saber si realizas bien o no el ejercicio es con una valoración ecográfica, así que si tienes problemas de suelo pélvico o no sabes si estás haciendo bien tu rutina de ejercicios, lo mejor que te puedo aconsejar es que te hagas una valoración.
