Plantillas y sandalias ¿son compatibles?

Llega el verano…y el cuerpo lo sabe, más concretamente tus pies. Los zapatos de Goretex y las botas forradas de borreguito que protegían del frío y la lluvia dejan paso a Manoletinas, chanclas, sandalias, cuñas, menorquinas, escarpines, fivefinger…; un calzado más liviano para afrontar las altas temperaturas.

¿Recuerdas también que hace un tiempecillo te hiciste un estudio de la pisada y de paso unas plantillas? Pues bien, las plantillas son una gran herramienta ortopédica para mejorar la forma de caminar, detener o prevenir el desarrollo de deformaciones en los pies, aliviar el dolor e incluso reducir el estrés en otras regiones del cuerpo. Estos dispositivos médicos hechos a medida están diseñados para durar varios años y han de utilizarse de manera constante para que puedan aportar beneficios. 

Sin embargo, cuando el calor aprieta y la ropa ligera y fresquita abunda en el armario, los zapatos que sirvieron como molde para hacer las plantillas son desbancados por un calzado más “minimalista” en el que las plantillas no tienen cabida. ¿Y qué ocurre después del verano?

El comienzo del otoño suele ir acompañado del temido “encierro de pies”, ese momento en el que nos volvemos a poner los zapatos con las plantillas que tan bien nos venían y notamos unos dolores insoportables. ¿Has pasado por esta situación? ¿Eres de l@s que en septiembre jura y perjura que no volverá a dejar el próximo verano a las plantillas de lado?

Hoy te proponemos varias formas para intentar quitar del camino esa piedra con la que tropiezas año tras año:

  • La primera de las opciones es la fácil, pero no por ello la mejor, y consiste en seguir actuando de la misma manera, es decir, dejando de lado las plantillas todo el verano. A estas alturas supongo que ya has aprendido la lección y espero que sepas que esta no es la solución correcta. 
  • Otra posibilidad que te proponemos es que trates de compaginar el uso de las plantillas con el calzado típico del verano; tal vez utilizando dichas herramientas ortopédicas por casa. Si bien no es la situación idónea y los resultados del tratamiento no serán 100% satisfactorios, esta propuesta sigue siendo mejor que no utilizarlas. 
  • La última opción es la más adecuada y se basa en el diseño de unas plantillas a partir de un calzado que uses frecuentemente en verano. De esta manera, tendrías prácticamente cubierto el año: con unas plantillas “de verano” y otras “de invierno”. 

En la actualidad existen varias cadenas de ortopedias que ofrecen unas plantillas aptas para el calzado veraniego, son unas opciones más que interesantes para evitar estos problemas de los que te hemos hablado. No obstante, te animamos a que acudas a tu profesional podológico para que te oriente en la elección que mejor se adapte a ti porque como bien es dicho “hay que ir con pies de plomo” y evitar dejar las cosas al azar.

Recuerda que para obtener resultados beneficiosos los pies han de adaptarse a esas correcciones que las plantillas ortopédicas les están dando y esto no ocurre de la mañana a la noche. 

Es un proceso progresivo en el que cuanto más tiempo pasemos “entrenando” a nuestros pies mayor será el alivio del dolor que sintamos. Por ello te instamos a que no te olvides de las plantillas durante el verano para que no lo lamentes en invierno.

firma_jorge

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