¿Has oído hablar de la neuromodulación percutánea y sus grandes beneficios?
Te voy a ser sincera, yo hacía unos cuantos años que la conocía… pero no fue hasta hace unas semanas cuando me decidí a hacer una formación sobre esta técnica.
Y te cuento por qué…¡porque soy una miedica! Si has venido alguna vez a la clínica, seguro que te he contado cuál es uno de mis mayores miedos: ¡las agujas!, pero a lo mejor no te he contado cuál es otro de ellos… la electricidad.
No tiene mucho sentido porque ambos son elementos con los que trabajo habitualmente, pero si, me dan respeto. (Nota: ya no digo miedo, digo respeto.. eso es un avance)
Por si no conoces la Neuromodulación Percutánea, te explico la técnica así resumida: consiste en poner una aguja lo más cerca posible de un nervio (mejor con ecógrafo) y después, con un pointer (un aparatejo) aplicar una corriente eléctrica con el objetivo de modular la respuesta dolorosa.
Otro dato que quizás también sepas… es que los/as fisioterapeutas SIEMPRE hacemos prácticas entre nosotros/as. SIEMPRE. Da igual que el curso sea de punción seca, de neuromodulación o de suelo pélvico.
Si quieres reirte un rato… aquí tienes un vídeo que grabé hace unos años en el curso de punción seca.
Bueno…, si mezclas estos datos y los agitas un poquito, descubrirás por qué he tardado tanto en hacer el curso. Efectivamente, porque mezclaba las dos cosas que más miedo me dan.
Al final, los beneficios de la técnica son tantos, que me parecía injusto no hacer esa formación y con ello mejorar mis tratamientos… solo por miedo.
PRINCIPALES BENEFICIOS DE LA NEUROMODULACIÓN
- Gran alivio del dolor
- Disminución del dolor neuropático
- No tiene efectos secundarios
- Nos facilita la aplicación de otras técnicas.
He de decir, que pasado el susto inicial… la técnica es muy poco molesta y parece mucho más desde fuera que lo que realmente sientes. Al final, con aguja o sin ella es el paso de la corriente lo que produce el movimiento a distancia, que aunque es espectacular… ¡no es doloroso!
…Aquí puedes ver un vídeo con los mejores momentos del curso…
Nos pinchamos (y neuromodulamos) los principales nervios del cuerpo, solo por practicar… pero tengo que contarte un secreto:
Antes de ir al curso, llevaba unas semanas con dolor en el antebrazo y algunas parestesias nocturnas en el territorio del mediano. Dicho de otra manera, se me dormía la mano por las noches, llegando a ser bastante molesto.
Desde el curso, solo con el tiempo que pasamos practicando… ¡la mejoría ha sido espectacular! No he vuelto a despertarme con la mano dormida desde entonces.
La verdad estoy muy sorprendida con el resultado, porque no he complementado con ningún tratamiento más… ¡y aun así he mejorado muchísimo!
Así que si tienes algun dolor nervioso, o un dolor que no cede y, como yo, te da un poco de respeto la técnica… déjame decirte algo de miedica a miedica: no duele tanto y merece muchísimo la pena.
¿Tienes alguna experiencia con la neuromodulación? Estaré encantada de que me la cuentes.