Si te tuerces el tobillo o te tropiezas y crees que has podido hacerte un esguince de tobillo, lo primero es ver si puedes apoyar el pie y caminar.
Si no puedes caminar, vete a que te lo examine un profesional, ya sea en tu clínica de fisioterapia, en tu centro de salud o en urgencias. Es posible que necesites algún tipo de vendaje de sujeción que ayude a que tu ligamento se recupere adecuadamente.
En la mayoría de los esguinces podrás caminar aunque, a lo mejor, con algo de dificultad y dolor.
¿Qué hacer cuando tienes un esguince de tobillo?
Elevación: si ves que el tobillo se inflama demasiado es conveniente elevarlo de manera que quede por encima del nivel de la cadera. Sentarnos con el pie sobre una silla es recomendable.
Frío: Un poquito de inflamación es buena ya que estimula la recuperación de la lesión. Sin embargo, si vemos mucha hinchazón debemos poner hielo en la zona. Mi recomendación es frotar una bolsa de guisantes contra la zona lesionada ya que si dejamos el hielo quieto durante demasiado tiempo, este puede provocar irritación o incluso quemaduras en pieles sensibles.
Movilidad: es bueno mover el tobillo, llevando los dedos de los pies hacia nosotros y luego alejándolos de nosotros. Este movimiento también va a favorecer la reabsorción de la inflamación.
Descanso: después de una lesión siempre es conveniente no forzar la zona en exceso. El reposo absoluto en estos casos, como en la mayoría de las lesiones, no es recomendable; pero tampoco es recomendable irse a echar un partido como si no hubiera pasado nada.
Fortalecer: esto es fundamental para recuperar la zona dañada. Lo normal es que se pierda fuerza en la musculatura del pie y/o pierna así que hay que hacer ejercicios de fortalecimiento para recuperarse bien.
Propiocepción: los ejercicios de equilibrio son de extrema importancia ya que además de ayudar en la recuperación, pueden minimizar futuras lesiones.
¿Qué no hacer en estos casos?
- Irse directamente a correr, a echar un partido, a saltar o a bailar.
- El uso de tacones o chanclas tampoco es recomendable ya que no aporta la adecuada estabilidad a la articulación y la puede irritar más e incluso favorecer un segundo esguince.
- Inmovilizar el tobillo de manera que no podamos moverlo. Es bueno dar estabilidad, pero no restringir la movilidad del todo (a no ser que estemos ante un esguince severo).
- No hacer nada al respecto. Por leve que sea el esguince, siempre es conveniente reforzarlo con ejercicios.
Así que, resumiendo, si te has lesionado pero puedes caminar tu prioridad debería ser que no haya un exceso de inflamación, dar estabilidad a la zona con un vendaje, mover y fortalecer con precaución.
Para cualquier comentario o duda, ponte en contacto con nosotras en Fisioterapia Felicidad Rodríguez.