La semana pasada fue el Día del Ballet y cuando vemos la imagen de un bailarín o bailarina pensamos, “uy, ¡qué maravilla de flexibilidad!“. Pero no es oro todo lo que reluce.
Tener significa que movemos las articulaciones más allá de su rango normal de movimiento. Al modificar ese rango de movimiento, estamos modificando también las cargas en la articulación y la longitud de distintas estructuras como músculos, tendones y ligamentos.
Eso significa que sometemos a estrés a unas zonas que no están preparadas para recibir dicho estrés. Esto hace que la articulación sea más susceptible de sufrir lesiones o de padecer una artrosis precoz.
¿Cómo puedo ver si tengo hipermovilidad?
La hipermovilidad o síndrome de hipermovilidad tiene un componente genético y presenta distintos grados de afectación.
Los casos leves se miden con la escala de Beighton. Esta valora el exceso de movilidad en varias articulaciones. Sin embargo, esta escala debe de utilizarse únicamente como guía por dos razones principales:
- 1. Hay muchas articulaciones que se quedan sin valorar.
- 2. No valora otras estructuras u órganos que también pueden verse afectados.
Los casos más severos, el caso del Síndrome de Ehlers-Danlos, en los que hay afectación a distintos órganos, la piel, el sistema respiratorio, el cardíaco y/o el sistema digestivo, deben valorarse mediante otras pruebas médicas.
¿Cómo es una articulación con hipermovilidad?
Vamos a ver ahora dos ejemplos de articulaciones con hipermovilidad.
- Hiperextensión de CODO. Si no tenemos hipermovilidad, cuando estiramos el codo, las articulaciones del hombro, del codo y de la muñeca estarán alineadas. Cuando tenemos hipermovilidad, el codo se estira más de lo normal y se escapa de esa alineación.
Si de esa mano llevamos sujeta algo pesado, ese peso extra va a recaer en una zona de la articulación que no está preparada para sostener ese peso.
- Hiperextensión de RODILLA. Si no tenemos hipermovilidad, cuando estiramos la rodilla, las articulaciones de la cadera, de la rodilla y del tobillo estarán alineadas. Cuando tenemos hipermovilidad, la rodilla se estira más de lo normal y se escapa de esa alineación.
En estos casos, el centro de gravedad está adelantado, el peso del cuerpo recae más hacia la parte anterior de la rodilla. Podemos intuir que la zona anterior de la rodilla va a sufrir mucho más en personas con hipermovilidad.
¿Qué podemos hacer para minimizar el daño?
- Limitar o eliminar aquellas actividades que promuevan o incentiven ese aumento de movilidad. Las personas que hacen ballet tienen hipermovilidad y su entrenamiento promueve y premia esa hipermovilidad. Para que eso sea sostenible en el tiempo (y no sé si en algún momento puede llegar a serlo), tenemos que ir al segundo punto.
- Mantener una masa muscular bien desarrollada que proteja las articulaciones de cualquier daño potencial. Hay que tener en cuenta que las personas con hipermovilidad tienen mayor dificultad para ganar masa muscular y además, una vez adquirida, la pierden con más rapidez y mayor facilidad.
Sin embargo, la mayoría de las personas sufrimos de una falta de movilidad en lugar de un exceso de ella.
Intentamos hacer ejercicios y estiramientos para poder movernos más y mejor. Esta restricción de movimiento va aumentando con la edad y es que el cuerpo es sabio:
Para suplir la disminución en masa muscular y fuerza que se va dando al hacernos mayores, el cuerpo responde con un aumento de rigidez. Esto confiere al cuerpo una estabilidad que la disminución de masa muscular le está arrebatando. El problema es cuando esa rigidez aparece demasiado pronto en el tiempo y se traduce en una falta de flexibilidad que es muy necesaria en los años en los que somos más físicamente activos.
Como veis, tanto la hipermovilidad como el exceso de rigidez tienen sus inconvenientes. Lo óptimo es ser estables pero flexibles.
¿Cómo ser estables pero flexibles?
La respuesta es sencilla. Debemos trabajar tanto la fuerza como la movilidad. Y, ¿por qué no trabajar la fuerza a través del yoga? El yoga no es sólo relajación, meditación y estiramientos. Tiene un componente de fuerza y de control motor muy importante y que nos aporta grandes ventajas. ¡Anímate a probarlo!
Si aún tienes dudas, pregúntanos en la clínica de Fisioterapia de Felicidad Rodriguez. Estaremos encantadas de aclarar cualquier duda que aún puedas tener.