Llevo meses sin actividad por aquí, una vez alguien me dijo que tener un blog es como tener un perro, que hay que cuidarlo y mimarlo para que no se muera. Si eso es cierto, mi perro debe de estar en las últimas, pero aquí estoy yo, intentando reanimarlo.
Estos últimos meses han sido meses de reflexión, dudas, crisis formativa y profesional, puntos de inflexión, de cambios… “Alguien” ha llegado y me ha dado una patada, sacándome, sin esperarlo de mi “zona de confort”. Pero bueno, dicen que fuera de esta zona está la “zona mágica”. Y aquí me encuentro ahora mismo, escribiendo desde la zona liminal entre el confort y la magia.
En estos momentos de reflexión, me he planteado lo que creo, que cualquier fisio autónomo, se ha planteado en algún punto de su vida profesional.
A mi me enseñaron a ser Fisioterapeuta (al menos, me dieron un titulo que me autorizaba a serlo), pero no me enseñaron a ser empresaria.
La gestión de tu propia clínica no es precisamente un camino de rosas, y quien se tira al barro debe saber que lo hace por vocación. Al final, son quebraderos de cabeza 24horas/día, 7 días a la semana, para terminar teniendo un sueldo igual (o inferior) a alguien empleado por cuenta ajena, que los viernes cierra la persiana y adiós muy buenas.
Evidentemente, tiene cosas muy buenas resumidas en: “mi casa, mis normas”. Trabajas como, cuanto y cuando quieres (que ya adelanto, suele ser mucho).
Pero lo importante hoy, es el CÓMO. Mucho se está hablando últimamente en las Redes Sociales, de qué es fisioterapia, qué es churriterapia, cómo estamos avanzando como profesionales de la salud, la práctica basada en la evidencia… y un largo etcétera. Esto es algo que me atrae, me tiene atenta a novedades, me anima a querer crecer, a actualizarme, y a intentar ser cada día mejor profesional.
Justo en este momento, creo que estoy empezando a encontrar mi camino en este aspecto, pero, aunque a veces me pierdo en cuanto a qué es y qué no es fisioterapia, hay algo que si tengo claro:
Mis Gastos Fijos en la Clínica:
Alquiler
Autónomo
Teléfono + Internet
Luz
Agua
Seguro de Responsabilidad Civil
Material Fungible
Actualización formativa
…
Y aquí viene mi planteamiento, cuando tu sabes que esos gastos están ahí todos los meses, TENGAS LOS PACIENTES QUE TENGAS, y entra una persona por la puerta diciéndote que quiere “sólo un masaje” o que viene para que “le pongas las corrientes” y que te va a pagar por ello… ¿qué hacéis?
Vamos a hablar claro, existen personas que aunque tu le hagas el mejor tratamiento que sepas, con la evidencia más actual, si al final no le haces eso que el/ella estaba esperando, se va como que le falta algo y posiblemente su percepción de mejoría se vea sesgada. (Me acaba de salir la vena antropóloga).
En este momento ¿qué prima más? ¿La satisfacción de la persona o nuestro criterio profesional?
Y aquí es donde yo me pregunto…. ¿somos sólo Fisioterapeutas o tenemos que tener un poco de vista comercial?
En mi opinión, y a riesgo de que me llueva una manta de críticas, considero que lo correcto es tener esa vista comercial, y al a vez educar a nuestros/as pacientes sobre lo que nosotros creemos que es mejor, para poder llegar a un punto intermedio. Porque seamos francos, si viene la típica paciente mayor, para la cual el mejor tratamiento del mundo y con el que mejor se siente, es con su calorcito en el cuello, y DESPUÉS DE HABERLA INFORMADO DE LA QUE CREEMOS QUE ES LA MEJOR OPCIÓN, ella sigue eligiendo la primera… ¿no la tratamos?
…El fisioterapeuta autónomo, ese ser extraño que también necesita comer…
PD: Esta entrada, tiene una mención especial para Oti (@OtiCalvente), por nuestras largas conversaciones sobre el tema.
19 comentarios en “¿Somos Fisios o Empresarios?: Los fisios también comen.”
Bueno, Intentaré ser breve y no profundizar demasiado para no aburrir(temblad…). Pones sobre la mesa un asunto delicado, el de ganar dinero con la asistencia sanitaria, y es que este tema recurrente es algo que parece que nos cuesta entender quizá por esa ausencia de formación de base que bien planteas en el post. Este curso impartiré la asignatura de Administración y Gestión en Fisioterapia en La Salle-UAM, y en la primera clase se les explica a los alumnos que de los 240Créditos del grado, sólo 3 se dedican a cómo vivir de ello.. para que te hagas una idea.
Lo primero que debemos tener en cuenta sobre lo que planteas en el post es que las diferencias entre expectativas previas del paciente y las percepciones posteriores al servicio son claves para su satisfacción, si es que es la satisfacción lo que nos preocupa. En relación a esto propongo indagar sobre el instrumento SERVQUAL (http://en.wikipedia.org/wiki/SERVQUAL). Pero habría que profundizar en que significa “satisfacer” al paciente…
Lo segundo, es que la calidad del servicio (Quality of Service) no es lo mismo que la experiencia del cliente(Customer Experience), y si lo primero se nos debe presuponer (traduciendo; es esa práctica basada en la evidencia (PBE) de la que hablas entre otras cosas propias de cualquier servicio: limpieza, puntualidad, etc.) lo segundo es lo que marca la diferencia. Y es que no todos tenemos que ofrecer lo mismo desde el punto de vista del “negocio” y es aquí donde cada uno debe poner “su parte”.
Y tercero, la ética y la asistencia “Patient-centered”. El paciente acude a un profesional sanitario que, alejándonos del paternalismo de antaño, debe orientar al paciente en el proceso de recuperación de las dificultades que quiera solucionar y por las que nos consulte en cada momento, ofreciéndole (como propones) varias alternativas dentro de lo que según la PBE (recordemos, ev. científica + exp. clínica + pref. del paciente) consiga esos objetivos planteados. Si lo que el paciente “quiere” no es lo más adecuado para su problema debemos informarle de que probablemente no conseguirá los objetivos, y es aquí dónde entramos en posible conflicto entre el negocio y la ética profesional. Personalmente en alguno de estos casos fomentaría la firma de un documento a modo de “consentimiento informado” en el que el paciente asuma que se le ha informado adecuadamente y decide seguir un tratamiento no indicado a priori para su proceso, aunque por supuesto habría que centrarse en cada caso concreto, no se puede generalizar.
Otra cosa es que el cliente no consulte por ningún proceso patológico y solicite un servicio que competencialmente pueda desarrollar el fisioterapeuta, en cuyo caso no estamos hablando estrictamente de un tratamiento y, a parte de tener que facturarle el iva, hay que informar al cliente de que no se trata de un procedimiento terapéutico, y ya es elección de cada uno dentro de su modelo de negocio realizar el servicio. (personalmente no soy partidario, aunque comprendo la necesidad).
Un tema que da para mucho… (siento el rollo!!)
Muchas gracias por el “rollo”, es un “rollo” bastante interesante. Nunca me había planteado (o ni sabía que existían) conceptos como los que planteas, pero sin duda es algo más donde profundizar. Y efectivamente, creo que en la formación de base, hay bastantes lagunas en cuanto a “como vivir de la fisioterapia”.
Gracias de nuevo por el comentario.
Un abrazo
Hola Feli.
Ya escribí acerca de este tema en mi blog hace tiempo, sobre el tema de los gastos fijos de la clínica. Todos hablamos de estos temas muchas veces, y yo tengo claro que la clave está en algo que tú dices: INFORMAR AL PACIENTE. Si el paciente, una vez informado (y confirmando que nos ha entendido), no nos quiere hacer caso, es el último responsable.
Después de eso tendremos que lidiar con el riesgo de que, ante la falta de mejoría, ese mismo paciente nos ponga de vuelta y media.
Aunque está la opción de que, ante la falta de mejoría, podamos ir trayendo al paciente a nuestro camino de lo que consideramos que es el mejor tratamiento posible.
En mi experiencia, salvo en contadas ocasiones, si explicas bien lo que crees que el paciente tiene, y le expones la alternativas con lo que tú crees que es mejor, en el 99% de las ocasiones el paciente te va a hacer caso. Porque, y este es otro debate, los pacientes son mucho más intelegentes y nos entienden mucho mejor de lo que nos creemos.
Ahora, también tenemos que tener la voluntad de realizar ese cambio que necesitamos en la mentalidad para “perder” el tiempo en explicar bien las cosas hasta que el paciente nos entienda, sabiendo que ESO TAMBIÉN ES PARTE DEL TRATAMIENTO. En ocasiones la resistencia está en nosotros mismos.
En fin, muy buena entrada que creo que generará debate.
Un abrazo.
Es cierto lo que dices Javi, hay pacientes que si le explicas puedes llevarlos a tu terreno, pero hay otros… Creo que en parte puede ser porque vienen “mal educados” de la tradición que hay en la fisioterapia: yo me tumbo y mi problema pasa a ser tu problema. Reconozcámoslo, es una postura muy cómoda, te paso mi problema y te pago por resolverlo… y sino, la culpa es tuya. Desde luego, cuanto trabajo queda por hacer…
Gracias por el comentario.
Espero leerte por aquí mas veces
Feli gracias por la entrada.
El fisioterapeuta debe defender su profesión teniendo en cuenta las preferencias del paciente, y con empatía y buena praxis llevar al cliente a su terreno a través de un resultado equilibrado entre la buena evolución de la clínica y el responder a lo que el cliente quiere.
…Ese era el comentario ideal del utopfisio
Ahora viene la que duele
El otro día tuve que debatir con la jefa de RRHH del geriátrico sobre mi negativa a dar masajes a una señora que lo que necesita es caminar, movimiento y función! Y lo entendió; yo soy la profesional, yo decido. Y me pagan una nómina.
Mi cerebro aplaudía orgulloso y mis piernas se quejaban porque, evidentemente es mejor sentarse a untar mamtequilla Dios me valga.
Un par de tardes después un paciente me miraba con cara extrañada cuando en la primera consulta le preguntaba el motivo de su visita y qué quería conseguir. Me contestó que lo que quería era mejorar su dolor,, dormir por la noche engo una hora y muchos gastos que cubrir como autónoma.
Como he dicho en el comentario anterior, creo que la “mala educación” por parte de la tradición nos hace tener que trabajar mucho en quitar las manias a los pacientes. Pero bueno, supongo que es parte de nuestra profesión. El riesgo viene cuando te tienen que pagar, por algo que, a priori, no les convence…. Muy cierto lo de que el objetivo final es cubrir gastos y dormir tranquila…
Gracias por el comentario
Un abrazo
Llevo 9 meses con mi clinica y los gastos son los q son vengan más o menos pacientes.
Yo la verdad es q no soy tan profunda como otros en mis explicaciones. Soy muyyyyy pragmática. Es decir, yo se q lo soy y para que tengo mi clinica q no es pa hacerme rica sino pa ser dueña de mis “actos” cuando (siempre) y como yo establezca. CD me llega un paciente, y pide algo concreto, si yo considero q esta contraindicado pues se lo digo y no lo trato; si solo quiere corrientes, por ejemplo, le explico q no es el mejor tratamiento y q no obtendrá los resultados deseados. Si aún asi lo quiere yo se lo doy siempre y cd no ponga en peligro su salud.
Y ya está. Soy fisio, tengo que pagar mis gastos y darle de comer a mis churumbeles.
Hay quien entiende y acepta las explicaciones, y todo el “rollo” de “basado en la evidencia” etc y hay quien no lo aguanta. Tenemos q saber a quién soltarle el sermón y a quién no. Y siempre no pongas en peligro la vida del paciente, piensa en las facturas de final de mes ….
Me ha encantado tu entrada xq da q pensar. Y dale un beso a Oti cd volváis a coincidir.
Muchas gracias por el comentario,
Yo tengo a mi propia madre, que me dice.. “ya está la de la evidencia científica”, y luego hablamos del potente efecto placebo que tienen algunas técnicas que no están demostradas… ¿nos vale? ¿es ético venderlo como tratamiento? ¿debemos decir que eso no sirve para nada realmente y que es todo sugestión? ¿cuenta la sugestión como tratamiento? Y ahi llega el paciente que te dice, yo me siento mejor,y me da igual que eso no esté demostrado… Te quedas con cara de: eing? Y te dice, como te pago, quiero eso, se que no funciona, pero lo quiero…. Y yo (y mis facturas), se lo hacemos.
Un abrazo
Cuando viene un paciente diciendo p. ej. “hazme unas friegas”, yo lo suelo resumir de forma esquemática:
1. Te hago esas friegas. 100 euros.
2. Te hago una anamnesis como es debido, te exploro bien, y te hago el tratamiento que YO decida. 50 euros.
Te aseguro que así consigues matar varios pájaros de un tiro 😉
Me encanta la originalidad de la estrategia, lo mismo te la copio. =D
Un abrazo
Hola compañera,
Probablemente el tema que abordas ha sido, es y será objeto de disquisición de mucho@s fisioterapeutas autónomos. Quien no se lo haya al menos planteando en algún momento de su carrera profesional-empresarial, no es síntoma de buen “pronóstico”, a mi juicio.
Un vistazo rápido a algunos artículos del Código Deontólogico de nuestro Colegio:
Preámbulo: “… Esta atención se prestará tanto a individuos y/o grupos enfermos como sanos y significa la aportación de la terapéutica por medios físicos a la seguridad, bienestar y ayuda en situación de salud / enfermedad.”
Artículo 6.- ” Derecho a la Salud. La actividad del fisioterapeuta tiene como fin supremo la Salud del paciente.”
Artículo 7.- ” Información. El fisioterapeuta informará en términos comprensibles al usuario en todo momento acerca del tratamiento aplicado, sus riesgos, y la duración estimada del mismo. Asimismo informará acerca de sus honorarios, cuando así sea requerido, con anterioridad al inicio de su actuación.”
Relevante aquello de “individuos y/o grupos enfermos como sanos”…y aunque quizá habría que definir qué es estar sano, una de las circunstancias que en mi opinión no hemos de asumir es que todo paciente acude con un problema, alteración, disfunción…habrá quien lo haga porque así lo considere por los motivos que sean. Motivos que de hecho pienso que no debemos entrar ni a valorar en demasiada profundidad, incluso en presencia de alteración una vez informamos de las estrategias de tratamiento que consideramos óptimas. Casos particulares seguro que podríamos poner bastantes.
Por tanto, es nuestra decisión el dar tratamiento en ausencia de alteración, sabiendo de antemano que actuamos lícitamente. Lo que ya no sería lícito, y desgraciadamente bajo mi perspectiva ocurre, es adoptar medidas pseudocoercitivas de cara al paciente para perpetuar su asistencia periódica.
En otras palabras y en tono más distendido, Feli, pienso que se trata de sentido común, un mínimo conocimiento ético y profesionalidad. Que si quiere darse un masajico o ponerse el calor, LE SIENTA BIEN y no le entra en la cabeza que la primera medida terapéutica es la actividad física o que tiene medidas de automanejo a su alcance o no acepta nuestra opción de tratamiento, por poner ejemplos…pues qué le vamos a hacer. En mi opinión tampoco es cuestión de convertirlo en una lucha, ni con los pacientes ni mucho menos con nosotros mismos. Y como comentas, las facturas están ahí y la situación del autónomo no es para tirar cohetes. Según infoautónomos, el 80% gana menos de 1000 € / mes…posible que esto se pueda aplicar a la fisioterapia (por no abordar ya el tema de falsos autónomos).
En cuanto a la visión comercial, tengo mi punto de vista particular. Verás, hablando en primera persona, no creo que mi figura sea la de empresario. Me veo como AUTOEMPLEADOR, que tiene otros matices bien distintos, a mi juicio. Me sorprendió mucho la cantidad de amigos y conocidos que, cuando comencé a ejecutar la idea de establecerme por mi cuenta, se les llenaba la boca a modo de : “bienvenido, Pablo el empresario”. ¿Hola? ¿Perdona? Primero, sí…de acuerdo, estoy montando una empresa (si lo quieres llamar así), pero no tengo a nadie a mi cargo. Realmente lo que hago es abrir un nanocentro de fisioterapia, una consulta…para poder hacer lo que más me gusta antes de tener que tomar determinaciones más drásticas: cambiar de trabajo, de ciudad, irme fuera…Y vaya, que me considere autoempleador y no empresario no va en detrimento de mis ambiciones profesionales, ojo (uno de mis retos es crear empleo), pero es que creo que cierta cultura y paradigma empresarial ha hecho pupa en este país.
Pero bueno, me disperso. Asumo que esto puede ser simple terminología, aunque seguro que una antropóloga convendrá conmigo que el uso del lenguaje es el que dota de contenido a las palabras 😛
Las estrategias de publicidad y marketing tampoco son fáciles de adaptar a nuestro sector, el Código Deontológico también aborda esta cuestión (Art 35).
Como comentario y último apunte, hablando de todo un poco, el posicionamiento web (SEO y SEM) es una herramienta más que interesante. Como curiosidad, comentarte que llevo a cabo campañas de Adwords que me están resultando extraordinarias.
Me he extendido bastante, la ocasión lo merecía. Si necesitas intercambio de ideas con un gallego parlanchín, ya sabes donde estoy 😉
Un abrazo!
Muy fan del concepto “nanocentro”, Pablo.
Es cierto que la situación en Granada, no es para tirar cohetes. Aunque no creo que se puedan tirar cohetes como fisioterapeuta en muchos sitios en este país.
Me ha encantado tu resumen del Código Deontológico, tengo que reconocer que no lo he leido (mea culpa) y quizás aclararía muchas cosas. Me lo apunto en mi lista de tareas pendientes y si tengo dudas hacemos ese intercambio de ideas… (y sino, también, siempre será enriquecedor).
Un abrazo
Bueno, Feli, como ya te dije ayer por twitter, me parece muy interesante el tema que propones en tu entrada, da para mucho. De todas maneras ya se han escrito por aquí bastantes cosas con las cuales estoy de acuerdo.
Nuestro tipo de trabajo, al ser perteneciente a la rama sanitaria, parece que tiene que ser altruista, por amor al arte, pero los autónomos sabemos que no es así, porque, por mucho que nos guste la fisioterapia, hay muchas facturas que pagar, y, si hay suerte y sobra algo, la idea es poder ganarse uno la vida con ello en algún momento (y además, es que de lo contrario no sería viable). ¿Es eso tan terrible? En un país donde existe sanidad pública no creo que sea para llevarse las manos a la cabeza que queramos ganarnos la vida ejerciendo la actividad que nos gusta. Si eso implica hacer otras cosas además de fisioterapia pura y dura, tampoco entiendo dónde está el problema, siempre y cuando estemos formados y capacitados para ello. Tratamos también individuos sanos, como bien dice Pablo. ¿O es que la prevención no es parte de nuestro trabajo? Algunos ejemplos que lanzo: ¿El Pilates en individuos sanos no se debería hacer porque no es fisioterapia? ¿No creéis que el bienestar físico y psicológico que puede proporcionar un masaje a una persona muy estresada puede ayudar en la prevención de dolores? Son sólo algunos ejemplos que se me ocurren, pero quizás me desvío del tema, y me entramos en qué es fisioterapia / qué no lo es… Los fisios autónomos ofrecemos UN SERVICIO, una experiencia, y en la percepción de satisfacción del paciente entran en juego muchas más cosas que “la técnica X que tiene gran evidencia científica”, y todo ello hay que tenerlo en cuenta, aunque al final lo que va a hacer que un paciente vuelva es que mejore, desde luego, pero no es lo único. Creencias, expectativas simbólicas, etc., son muy importantes (es normal que te salga la vena antropóloga, ya que la antropología ha estudiado mucho este tipo de fenómenos) y hay que tenerlas en cuenta.
Esa lucha entre lo que uno quiere hacer porque cree que es lo más conveniente y lo que viene pidiendo el paciente es el día a día, creo que la clave está en las palabras de Javi, explicar, informar. y que el paciente elija, sin engañar ni crear pacientes “rehenes”. Porque me parece fundamental consensuar con los pacientes lo que vamos a hacer (y eso no quiere decir necesariamente hacer lo que ellos quieran, pero sí explicar diferentes abordajes / estrategias posibles y sus riesgos / efectos, y a partir de ahí, empezar a trabajar. No podemos imponer, el paciente tiene derecho a decidir cómo quiere ser tratado).
En mi caso, que llevo 10 meses con la consulta abierta, en una zona con una competencia importante entre fisios e intrusos, en el contexto de crisis económica que todos conocemos, ya he aprendido a que esto no se convierta en una pelea constante con el paciente, porque, si a la primera no acepta mis consejos pero se va contento, quizás más adelante haya una segunda vez, una tercera… para poder ir educándolo y llevándomelo a mi terreno.
Pufff…..vaya parrafada acabo de soltar, y total, para no decir nada nuevo… de nuevo, felicidades por el tema que has propuesto.
Gracias por el comentario… estoy muy de acuerdo en todo lo que dices (decís) y me siento muy identificada porque llevo 2 años y poco con mi clínica. Primero es cubrir gastos y luego ya si eso… nos dedicamos al altruismo.
La gente no valora aun nuestro trabajo, y creo que un paso importante sería hacernos valer; hace poco vi un tweet, con una frase super interesante “no cobro por lo que hago, cobro por lo que se”, y creo que deberíamos pegarnosla en la frente. Porque la gente con el “tócame aquí a ver lo que tengo” y con, “mírame, si es un momentillo”, y nosotros haciéndolo, hemos conseguido que no se nos valore…
¡¡Empoderamiento de los Fisioterapeutas ya!!
Un abrazo y espero leerte pronto por aquí.
Llevo 15 años lucrándome con la fisioterapia.
Así dicho suena hasta feo, pero según la RAE lucrarse es “ganar o sacar provecho de un negocio o de un encargo”, los medios de comunicación se han encargado, con el uso que han dado al término, de que parezca que existe un matiz de ilegalidad. Y no lo hay. A lo que voy. Me he lucrado en ambiente público y privado, por cuenta ajena y por cuenta propia, y creo que bajo diferentes nombres el problema es siempre el mismo. Lo resumo (juro) en tres aspectos.
Lo primero, tener claro qué vendemos. Yo vendo fisioterapia. ¿Los masajes o las corrientes son fisioterapia? Son un medio físico así que diría que sí. ¿Realizar prestaciones a individuos sanos es fisioterapia? Espera que consulto la WCPT… “prevenir… mantener estado de salud…” pues sí, parece que tratar gente “sana” también es fisioterapia.
Lo segundo, tener claro a quién le estamos vendiendo las cosas. Como decía más arriba Javi, “los pacientes son mucho más inteligentes de lo que nos creemos”. Y ahí radica la importancia. Yo vendo masajes (o x), que son cosas que tienen contraindicaciones, con lo cual, antes de aplicarlo, de cualquier manera, tengo que hacer una valoración y una anamnesis. Este es el punto que tengo (y que como fisioterapeutas tenemos) que comunicar al paciente. LA FISIOTERAPIA TIENE CONTRAINDICACIONES. NO ES INOCUA. EXIGE UNA REFLEXIÓN. Exploro. Valoro. Y posteriormente necesito hacer el contrato terapéutico, entre lo que yo creo que el paciente necesita y lo que el paciente cree que necesita. En esto consiste compartir objetivos. Sobre estos dos aspectos (las contraindicaciones de la fisioterapia y el contrato terapeutico) creo que nos falta mucha formación (coincido con Raul, a veces un consentimiento informado podría ser muy útil).
Lo tercero. Cómo lo vendo. Y aquí entra la ética personal. Si vendo un servicio legal y estoy legalmente autorizado para venderlo a una persona que entiende lo que quiere comprar y sé que con esa transacción económica no le estoy perjudicando (contraindicaciones)… no veo mayor problema. Pongo un ejemplo. Si tengo un taller y me llega uno con el coche sucio y me pide que se lo lave, pero veo que tiene las ruedas desgastadas, puedo informarle que es necesario por su seguridad cambiar las ruedas. Pero si no quiere hacerlo, ¿me niego a lavarle el coche? (Como toda metáfora, es exagerada, lo se, pero sirve para reflexionar). En fisioterapia, por lo que yo conozco, no existe riesgo de salud pública ni tratamos a menudo con situaciones de vida/muerte que hacen que a veces prime la opinión de un sanitario ante la de un paciente a la hora de imponer un tratamiento. Como repito desde hace años, hacemos un trabajo, no una misión. Y además, tenemos que comer (y a veces, preocuparnos por dar de comer a los trabajadores).
Me parece un tema super interesante. Espero las siguientes respuestas.
Un abrazo!
Respondiendo al tema del Post: Todos somos fisioterapeutas. No todos somos empresarios (no estamos formados para serlo, no lo hemos elegido).
Muchísimas gracias por el comentario…
Es cierto que nos han hecho pensar que lucrarse con la “salud” de los demás es malo. Y ciertamente o lo es. Evidentemente no podemos usar estrategias como se usan en algunos centros de “uhh, estás fatal, mira lo que tienes aquí. Deberías de comprar un bono”. Porque por encima de eso está la ética profesional.
Esta ética, por culpa de esta competencia que existe dentro de la Fisioterapia (y que a mi juicio viene desde antes de la carrera, y su nota de corte) en ocasiones es inexistente, solo queremos conseguir más y más pacientes.
Coincido contigo en que nos falta mucha formación en este aspecto, algo así como “Técnicas de Comercio en Salud”, pero nos vemos obligados a ir aprendiendolo a base de ensayo-error.
ME gusta mucho el concepto de “contrato terapeútico” y en “perder” el tiempo en la primera sesión, estableciendo objetivos de tratamiento y ve qué expectativas tiene nuestro paciente y cuales podemos cumplir, y así hacerselo saber.
Un abrazo
Buenas! Encontré tu blog buscando por internet, por qué el nuevo fisioterapeuta al que voy me había metido el dedo en la boca apretándome el lateral mientras le daba vueltas a mi cabeza de lado a lado (y yo había acabado llorando como una magdalena) cuando yo había ido allí por una tendinitis en el hombro. He aprendido lo que es una liberación miofascial en mi casa. ¿Y por qué no pregunté allí? ¿por qué no pregunté qué tenia que ver si yo dormía bien o no, con mi hombro? no sé… me habían hablado tan bien del fisio, que simplemente me dejé hacer sin preguntar.
Lo que quiero decir, es que yo venía de un fisioterapeuta tradicional que me hacía un masaje en la zona afectada (y yo volvía cada cierto tiempo), y ahora estoy con otro, que me vino a decir algo así como que el estrés hace que duerma apretando los dientes, que tenga el trapecio como una piedra y me esté fastidiando el hombro (y yo no quería oírlo porque tenía que asumir responsabilidad sobre lo que me pasa). Pero los humanos nos resistimos al cambio, al “malo conocido que bueno por conocer”, a lo cómodo de ir a que te hagan “unas friegas” y te parcheen el problema.
Ahora estoy haciendo mi parte del trabajo en casa, siendo consciente de la causa, con ningunas ganas de volver a que me digan lo que no quiero oír, a que me hagan mas daño de lo habitual y me dejen echa polvo física y emocionalmente, pero sabiendo que es la forma correcta (aunque no me guste un pelo).
Con todo esto quiero decir que no es fácil “venderle” el mejor tratamiento a quien no quiere recibirlo y tenéis mas tarea tratando la mente, que tratando el cuerpo. Todos queremos que nos solucionen el problema sin poner de nosotros, sin que nos duela, sin que nos asuste. Si después de exponer tu criterio profesional, el paciente insiste en otra cosa, o le dejas que encuentre a otro fisio, o se lo haces tu y no por eso creo que sea menos profesional.
Perdonad el rollo! 🙂
Pingback: Marketing y Etica en Fisioterapia
Hola. Ya sé que este post es antiguo, y seguramente ya le has dado varias vueltas más al tema. Pero me ha tocado en mis vivencias personales. No soy fisio, te aclaro: yo me dedico a la enseñanza por un lado (y me “vuelco” en ello), y a la venta y comercial por otro (sin conexión entre ambas)
Mi punto de vista es que eres empresaria y eres fisioterapeuta. Y son dos papeles “diferentes” y perfectamente compatibles. Y ambos pueden desempeñarse o no con perfecta honestidad.
Uno: Eres empresaria. Has montado una empresa y eso te ha obligado tanto a enterarte de temas fiscales, hacer las cuentas, como a trabajar tu marketing. Cobras por tu trabajo, como cualquier empresario/profesional. Y lo normal es que te plantees en como atraer clientes y poner un precio para sostener tu negocio. Lo normal y lo deseable.
Lo deshonesto de la venta es cuando se utiliza para engañar.
Dos: Eres fisioterapeuta y te dedicas al cuidado de la salud de las personas. Y en ese momento no piensas en “sacarles el dinero”. Aunque desde luego, saber que vas a cobrar a tus pacientes/clientes, no rebaja la dignidad de tu trabajo.
Me pregunto: ¿tú sabes que como profesional estás dando el mejor servicio que puedes a tus clientes? Entonces no hay conflicto con tu parte “vendedora”.
Si aconsejas honestamente a tus pacientes sobre el mejor tratamiento y ellos “quieren otra cosa”, lo que les ha dicho un vecino que les funcionó muy bien, o lo que percibieron que les solucionó en el pasado… En ese momento no están en lucha tus dos papeles (empresaria/profesional de la salud), a no ser que te digas: “voy a darle lo que quiere, como si me pide un masaje con caca de gato y a cobrar”.
Creo que es un tema de salud. De salud al completo. Hay quien sólo quiere una pastilla para solucionar sus dolores (“¡qué cuento es ese de incorporar en mi rutina de vida ejercicios, y cambiar x e y!”). Digo esto pensando en mi madre, que va al fisio, al traumatólogo y a la unidad del dolor a que “la arreglen”.
Y, una vez que la han dicho lo que no quiere oír ni aprender, tiene derecho a elegir. Y elegir como una persona que tiene el poder de decidir sobre su vida. Y a veces, a ti, como profesional (pienso en los médicos que la atienden), o a mí, como a su hija, nos gustaría “empujarla” a hacer lo que creemos más beneficioso, lo correcto… Pero creo que eso no es darle salud. Pierde autonomía (no me refiero a lo físico) y se infantiliza. ¿Puedo dejarla que decida y asuma sobre su propia vida? Esa es mi jodienda, por cierto.
Así que, si mi madre, con sus ochenta años, va a pedirte la almohada caliente, o las corrientes, y lo prefiere a tus indicaciones más expertas, dale lo que quiere si no le hace daño. Y cóbraselo.
A lo mejor, un día prueba lo que tú le prescribas. O no.
Un saludo